Jael Caiero

Nacida en La Matanza en 1994. Actualmente vive en Parque Chacabuco. Es becaria del Archivo del Instituto de Investigación en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa. Estudiante de Lic. en Artes Electrónicas (UNTREF).

Participa del colectivo de activistas Hacer La Vista Gorda, donde se produce críticamente en torno a las vivencias de las personas gordas desde una perspectiva anticapitalista. Trabaja con reflexiones en torno al cuerpo y la tecnología.

Se desempeña como docente y gestora cultural. Desde 2017 trabaja como becaria en el Archivo del Instituto de Investigación en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa. Edita fanzines bajo el nombre Ternura Cyborg. Ha colaborado con Editorial Madreselva como diseñadora gráfica y con artistas como Deirdre Logue, Allyson Mitchell y Ad Minoliti.
Participa como editora, directora de arte y diseñadora en BITCHES, productora audiovisual con base en Ituzaingó, junto a quienes ha recibido el premio a Mejor Videoclip en el festival de videoclips MOV.ar en 2019.

Hace drag king y también ha participado en varios proyectos musicales: Nihilisa Simpson, Boot Bottom, Jugo de Basura, BEBETH.

Ha expuesto sus obras en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Centro Cultural Haroldo Conti, Centro de Expresiones Contemporáneas, Centro Cultural Kirchner, Museo del Libro y La Lengua entre otros.

Este sitio es producto del trabajo de investigación y producción de obra durante las materias Taller de Imágen V y VI de la Licenciatura de Artes Electrónicas (UNTREF) entre 2018 y 2020.
Historizar a los cuerpos desobedientes es armar una red a través del tiempo y el territorio. Trazar esta genealogía tiene como objetivo recuperar expresiones donde el cuerpo gordo existe con agencia propia, alegría, colectividad, resiliencia, deseo, complejidad. Es dar cuenta de que siempre estuvimos y siempre estaremos. Es decir que tenemos derecho a existir sin que se piense nuestra gordura como un problema, una amenaza, un defecto. Decir gordo, gorda, gordx afirmativamente es darle poder a los cuerpos que en la cultura popular (dominada por gente blanca, magra, cisheterosexual) se asocian a lo feo, lo insalubre, lo excesivo. Apropiarnos del exceso, el desborde, la desmesura es dotar el cuerpo de un nuevo sentido. Escribir un relato donde la gordura es menos solitaria, menos tímida, menos silenciosa. Encontrarnos en la desobediencia, disputar las estructuras de opresión desde la raíz, materializar un mundo donde la diferencia es valiosa y apreciada. Fugar de la normalización corporal.
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